Vionnet, arquitecta de la moda

Vionnet

Muy buenas, lectores

Aparezco aquí un martes más después de la importante publicación del martes pasado para traeros una nueva adición a esa larga lista de diseñadores de los que hemos hablado ya. No sin antes agradecer a todos aquellos que habéis participado en la Campaña María Francés contra el Cáncer de Mama comprando mis productos rosas, es un orgullo para mí poder participar en este tipo de iniciativas y más aún ver la buena respuesta del público a ellas. Mil gracias. 

Retomando la publicación de hoy. De todos los diseñadores que hemos hablado, he de decir que ha habido un punto de inflexión desde los últimos posts al respecto. Empezamos hablando de algunos nombres muy sonados como Gaultier o Montana, pasamos también por diseñadores autóctonos como mi gran inspiración Piña y tuvimos ese punto de inflexión del que hablo con Madame Lanvin, la primera diseñadora femenina de la que he hablado y que no todo el mundo conocía. Pues bien, aunque hablar de lo más conocido y recordar su memorable historia y leyenda es importante, me ha gustado bastante la aceptación del blog sobre Lanvin y he querido seguir en esta línea. Aún me quedan muchos grandes nombres de los que hablar como el magnánimo Balenciaga, del que sinceramente aún no me siento preparada, pero existen otros grandes nombres no tan sonados en la historia de la moda de los que podemos aprender también muchísimo. 

Es por ello, queridos, que hoy me alegro de presentaros a Madeleine Vionnet. 

¿Vionnet?

Y digo presentaros porque este nombre no es sinceramente tan sonado en personas ajenas a la moda, aún así no tienes menos mérito y si alguno de vosotros la conocéis ya, dad por seguro que sois unos fashionistas pros. Si es el caso contrario, sabed que Vionnet fue contemporánea de Lanvin y por tanto de Chanel, esto quiere decir que hace más tiempo de su carrera por lo que esto se suma al desconocimiento de su figura. 

Marie Madeleine Valentine Vionnet nació en 1876. Sus primeros trabajos fueron en Londres, aunque como la gran mayoría de las grandes de la época su salto a la fama vino en París, donde fundó su tienda en 1912. Su primera colección tuvo lugar en 1907, inspirada por una bailarina. Este hecho tendría mucho sentido posteriormente, pues su carrera tuvo un claro énfasis en el patrón más que el diseño. La insignia clara de Vionnet es que la ropa acompaña al cuerpo y a la persona que lo lleva. Precursora innata de la comodidad en tiempos de corsé. 

Su marca supo anteponerse ante la 1º Guerra Mundial, pero la segunda se la llevó por delante. Madeleine decidió cerrar su firma tras el estallido de ésta con una gran historia y legado.

La vanguardia en un pasado 

Siempre se asocia a Chanel como una disruptora de la moda, una figura que llegó y lo cambió todo. Esto no es del todo incierto, pero es verdad que su fama opacó a otras diseñadoras que la precedieron o que fueron contemporáneas. Tal hecho lo vimos con Lanvin, quién fue tremendamente arriesgada en la gran variedad de prendas que ofrecía y confeccionaba desde su taller. Todo esto tiene fácil explicación, pues Gabrielle Chanel fue precursora, entre otras tantas cosas, en el marketing de la época, dejando a su firma como la gran firma que es hoy. 

Aún así Vionnet no fue nunca una diseñadora simple. Como he dicho sus grandes aportaciones no vienen tanto por un diseño específico y memorable como el de Chanel o por el de ser creativamente imparable como Jeanne Lanvin. Vionnet fue la maestra del patronaje. 

Su máxima inspiración venía del ballet e incluso podríamos ponerle nombre, Isadora Duncan, la bailarina descalza. En uno de sus desfiles Vionnet hizo que sus modelos desfilaran sin zapatos en un homenaje a Isadora. Además esto sirve de claro ejemplo para la intención estética de Vionnet. 

A la hora de diseñar, el cuerpo de la mujer era la silueta que Vionnet respetaba y pretendía potenciar. La libertad corporal y comodidad era su objetivo, no tanto en un sentido libertador femenino como el de Chanel. Vionnet simplemente veía la belleza en estas siluetas lánguidas, relajadas, vaporosas, muy al estilo de diosa griega. Sus capas y vestidos eran largos y tenían escasos o ningún accesorio, el plisado era quizás el mayor detalle de sus prendas cuando se posaban sobre los cuerpos sin constreñir, ni apretar, ni marcar. 

La arquitecta de la moda

Desde ya os digo que este apodo no es invención mía ni de lejos. Al igual que os puedo decir que es más que merecidísimo por el Patrón Vionnet, el cual sería un estupendo nombre para la escuela de patronaje y todas las técnicas que Vionnet incluyó en sus creaciones. Vionnet contaba con este apodo porque usaba la proporción áurea en sus matemáticos diseños. Esta consiste en usar un número irracional que se usaba en la Antigua Grecia para hacer las escalas y proporciones con el que se cree que se consigue siempre un aspecto estético objetivamente bello. La sonrisa de la Gioconda cumple con esta proporción, la cual también es llamada proporción divina.

Como veis, Vionnet tenía dotes más propias de la ingeniería que del diseño y es gracias a esto que fue la inventora de una de las técnicas más usadas y mundialmente conocidas por cualquier diseñador que se precie, el corte al bies. 

El corte al bies, a grandes rasgos, consiste en cortar la tela en diagonal sin seguir el sentido del hilo o del contrahilo. El resultado, siempre y cuando esté bien hecho, será un tejido elástico con caída y fluidez que no necesitará de tantas costuras.